Veintiuno de marzo, ocho de la mañana, consultas externas.
Un pitido fijo, incesante.
Mucho barullo, un zafarrancho de gente de aquí para allá. Aída abre los ojos, no sabe bien qué ha pasado pero le da la sensación de haber perdido el tiempo. Se observa a sí misma como si no se recordara, se acaricia el pelo, se pellizca la cara e intenta levantarse pero.. no puede. Lleva una pulsera en la mano:
"Aída Montejano: congelación parcial de las extremidades inferiores, parálisis."
Hay un ramo de rosas rojas sobre la mesilla. Unos ojos verdes la observan.
Un pitido fijo, incesante.
Mucho barullo, un zafarrancho de gente de aquí para allá. Aída abre los ojos, no sabe bien qué ha pasado pero le da la sensación de haber perdido el tiempo. Se observa a sí misma como si no se recordara, se acaricia el pelo, se pellizca la cara e intenta levantarse pero.. no puede. Lleva una pulsera en la mano:
"Aída Montejano: congelación parcial de las extremidades inferiores, parálisis."
Hay un ramo de rosas rojas sobre la mesilla. Unos ojos verdes la observan.
¡Dios mío, es él!
Dos años aguardándole y ahora que regresa no puede levantarse, no puede correr hacia él..
Está exactamente como le recuerda. De película. Delgado, con una cicatriz en la mejilla derecha, metro ochenta y siete y pelo corto rizado. La guerra ha acabado, hoy empieza la primavera..
él ha cumplido la promesa tal y como le dijo en la carta. Si no hubiera sido tan tonta, si no hubiera actuado sin pensar.. podrían estar en casa juntos, celebrando su vuelta. Ahora, tendría que cargar con la silla de ruedas hasta la tumba, pero, en realidad no le importaba en absoluto.
Él la besó, el mejor beso que ella recuerda. Tras el beso estas palabras:
"Volvamos a casa pequeña, te he echado de menos. Tengo tantas cosas que contarte.. ni te imaginas. Gracias por esperarme, te he amado cada segundo."
él ha cumplido la promesa tal y como le dijo en la carta. Si no hubiera sido tan tonta, si no hubiera actuado sin pensar.. podrían estar en casa juntos, celebrando su vuelta. Ahora, tendría que cargar con la silla de ruedas hasta la tumba, pero, en realidad no le importaba en absoluto.
Él la besó, el mejor beso que ella recuerda. Tras el beso estas palabras:
"Volvamos a casa pequeña, te he echado de menos. Tengo tantas cosas que contarte.. ni te imaginas. Gracias por esperarme, te he amado cada segundo."
¡ FIN !
Diooooos:D
ResponderEliminarprecioso blog tia :$(L)
Me alegra estar de vuelta para el final de la historia :D
ResponderEliminarAwww, al final siempre nos ha de encontrar el amooor, ya sea en guerra, en paz, en ruido, en silencio, en movimiento, en calma, el muy maldito siempre se las sabe todas XD. Me encantó, ya espero otra ehhh jaja como si fuera cualquier cosa yo ya me estoy tomando la atribución de encargarte otra XD.
En fin, me encanta leerte y, no puedo mentir, también que leas mi blog y me regales tus experiencias en tus comentarios, de verdad es un gusto visitarte (en tu blog) y tenerte de visita (en mi humilde morada ja). Un abrazo, muah!!
Sinceramente, me encanta tu blog, es uno de esos que merece la pena ver, porfavor no dejes de escribir en él y pasate por el mio y me dices que te parece.
ResponderEliminarEscribes cosas que me recuerdan un montón a como suelo yo pensar, me encanta.
Te sigo
Un beso Laura
muchas gracias!!mealegrode quete identifiquesconmigo jeje
Eliminarun besito